El corazón de la historiadora

Quien tenga ocasión de visitar la casa Temple Radicati y pueda conocer los tesoros culturales que alberga, apreciará el profundo amor por el conocimiento que se manifiesta en este espacio, y las múltiples huellas de búsquedas y logros, de afinidades y pasiones académicas y culturales que aquí han dejado Ella Dunbar Temple y Carlo Radicati, en sus libros y colecciones, en sus proyectos y en su correspondencia.

Era inevitable que el carisma personal de “la princesa de los historiadores del Perú”, en la elogiosa referencia de Marcel Bataillón, así como la enorme inteligencia y la extraordinaria belleza de Ella Dunbar Temple, la convirtieran en un polo magnético alrededor del cual giraban muchos devotos admiradores que buscaban conquistar su afecto. La perseverancia de Carlo Radicati, su altura intelectual y su carácter apacible y sereno, fueron finalmente los dones que consiguieron ganar su corazón. 

Del epistolario de Ella Dunbar Temple, reproducimos algunos fragmentos de una carta que ella escribió a su esposo desde Berlín, diez años después de haberse unido en matrimonio. Sea este nuestro homenaje a ese testimonio de amor, en el aniversario de Carlo Radicati, nacido en Turín, el 6 de julio de 1914.

TRANSCRIPCIÓN DE LA CARTA: 

29 set. 1969 

Carlos, querido:
(………………..)
Creo que mi carta te llegará. De todos modos te volveré a escribir dentro de 6 días para tener seguridad de que conozcas la fecha de regreso. Parece una eternidad el viaje desde que salí y a la verdad, no me había ocurrido eso antes. Hay muchas razones psicológicas, pero la esencial, es la soledad. Te extraño y si te ha ocurrido lo mismo, el viaje será útil porque estaremos seguros de nuestra necesidad de estar siempre juntos. Has ganado la partida definitivamente porque solo me siento apegada a ti. Cuéntale a mi mamá solo las cosas buenas y nada más. 

Un abrazo y besos. 
Tu Ella.